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September 28, 2023Todo negocio, proyecto o actividad tiene un propósito, ello es clave para determinar el paso a paso, pues una vez definido el qué se busca, hay que pensar en el cómo. A menudo, para referirnos a ello, usamos las palabras “meta” y “objetivo” de manera indistinta, sin embargo, no significan lo mismo. En este artículo explicaremos la diferencia entre meta y objetivo, así como algunos ejemplos de cada una en la gestión logística.
Diferencia entre meta y objetivo
La principal diferencia entre estos términos es que la meta se refiere a un resultado que se contempla a largo plazo, mientras que el objetivo lo considera en un periodo de tiempo corto. En este sentido, se puede considerar que la meta implica el cumplimiento de varios objetivos específicos y medibles para alcanzarlo.
Por ejemplo, supongamos que la meta de una empresa es incrementar las ventas anuales en un 50% comparado con el año anterior. Para lograrlo, es necesario que se alcancen ciertos resultados día a día, de manera semanal y mensual, lo cual, a su vez, implicaría quizá, contratar más personal, capacitar a los empleados, incrementar la optimización de tareas, digitalizar áreas o expandir su mercado.
En el caso anterior, diríamos que el objetivo principal es tener un mejor rendimiento mensual, pero también, incrementar la fuerza de trabajo, implementar herramientas tecnológicas en la empresa, activar cursos de capacitación. Cada uno de éstos, serán los que definan si la meta se cumplirá o no.
Así, podemos considerar que los objetivos son pasos o acciones pequeñas que, sumadas a otros, lograrán una meta general que considera varias áreas.
¿Cómo establecer metas y objetivos?
En el contexto de la gestión logística y cadena de suministro, la diferencia entre meta y objetivo, también es importante para definir correctamente a qué se quiere llegar y, con ello, definir el paso a paso.
Una meta en esta industria se refiere más a cómo se espera que sea el estado final de la cadena de suministro en determinado tiempo, por ejemplo, tras un año o al finalizar un proyecto y por qué. En cambio, el objetivo es una acción muy puntual, medible y con un plazo definido.
Por ejemplo, la meta puede ser mejorar la eficiencia de la gestión para mejorar los tiempos de entrega. Mientras que un objetivo sería mejorar la logística de rutas de entrega para reducir los tiempos de entrega en un 12% durante el próximo mes.
Para establecer metas y objetivos en la gestión logística, algunos factores o pasos a considerar son:
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Definir la visión y misión de la empresa: Es importante tener una idea clara de lo que se quiere lograr a largo plazo, cómo se quiere hacer y por qué. A partir de ello se establece una base y cuál será la dirección que tomará el equipo en general.
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Identificar las áreas de mejora: Identificar las áreas de la cadena de suministro que necesitan mejoras es clave, ya que, a partir de ellas se busca una meta y objetivos específicos para cada área de la cadena de suministros.
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Definir las áreas de enfoque: Relacionado con el punto anterior, cuando se definen las áreas de oportunidad, también se debe enfocar la atención en aquellas que son críticas para el buen rendimiento, por ejemplo, reducción de costos o satisfacción del cliente.
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Establecer metas generales: Las metas deben estar relacionadas a las áreas de oportunidad y clave, éstas se deben desarrollar de una manera medible, alcanzable, relevante y con un plazo de tiempo específico.
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Desarrollar objetivos a corto plazo: Las acciones concretas y medibles que se deben cumplir para alcanzar las metas a largo plazo se desarrollan tras definir cuál es el resultado general. Además, los objetivos se priorizan, es decir, hay que verificar cuáles son los que requieren de mayor atención, tiempo o recursos.
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Establecer indicadores de desempeño (KPIs): Los indicadores de desempeño van acompañados de las metas y objetivos, ya que es la manera en que se medirá el progreso y eficacia de las acciones.
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Desarrollar Estrategias y Planes de Acción: Cada objetivo requiere de una estrategia y plan de acción detallado que describa cómo se alcanzarán los resultados.
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Monitorear y evaluar el progreso: El seguimiento de KPIs, eficacia de las estrategias y posibles ajustes en el plan de acción, es fundamental para alcanzar la meta.
Una vez clara la diferencia entre meta y objetivo, así como los pasos clave para poder definirlos, hay que puntualizar que en ambos casos se buscan resultados medibles y alcanzables, que vayan en función de las necesidades, visión y misión de la empresa. Además de ser conscientes del propósito e impacto que tendrán dichas acciones.
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